jueves, 17 de junio de 2010

Quejío


Témpera sobre cartón, 33x17, 1996
De esos cantaores exageraos que pintaba por aquella época, igual que de toreros y bebedores, me queda todavía unos resquicios que todavía expreso en algunos dibujillos, la exageración es divertida y cuesta renunciar a ella.

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